19/8/08

Las halleñas son como las flores



Al menos las que yo conocí esa noche, de pasada nomás, porque como buenas alemanas que resultaron, apenas el reloj marcó las 12 en punto, se retiraron a sus casas porque al siguiente día trabajaban a las 8 en punto. Pero ese es tan solo el desenlace.
Partimos de Barcelona luego de haber permanecido ahí durante 10 días, sintiéndonos casi residentes, moviéndonos como delfines en el metro sofocante, derramando gotas de sudor a cada paso en medio de esos 35 grados de temperatura. Ya hartos del calor.
Agarramos los autos vía Alemania. Un Citroen Jumper enorme y un Ford Tourneo Connect más pequeño, cargados de maletas, instrumentos y el extraño sentimiento del qué será. Para llegar a Halle, la Halle de Sajonia-Anhalt, al este del país, no la de Westfalia que está al occidente, debimos atravesar casi toda Francia de sur a norte y luego hacer una giro hacia la derecha. De horas, claro, como el viaje entero: 16 de Barcelona hasta Mulhause, en la frontera Francia-Alemania, donde, como se puede leer, el lenguaje ya comienza a complicarse. Paramos en uno de los hoteles Fórmula 1, parte de la cadena de estancias para viajeros y profesionales del volante que dedican su vida a permanecer en contacto con el asfalto, como ahora nosotros, y que son como una nave nodriza con interior modular y acabados de baño de avión: cabinas pequeñas para dormir, con una cama doble y encima de ella una litera diminuta; inodoros comunales tal cual los de un Boeing, y junto a ellos las duchas también colectivas que se activan por chorros con duración determinada. Llegamos a las 4 de la mañana y al siguiente día partimos de nuevo a eso de las 11h00 para poder llegar a Halle alrededor de las 19h00 y hacer la prueba de sonido. Arrivamos, tras 8 horas más de viaje, o sea, 24 en total desde Barcelona, con las justas para instalarnos en el escenario y hacer una prueba breve antes de que la clientela del Objekt 5, escenario importante de la ciudad, empezara a ocupar las mesas.
Con el primer arribo de la gira motorizada empezamos a aprender algo: 1. A los cálculos preliminares de los trayectos hay que añadirle un par de horas demás de desfase porque estamos respetando a rajatabla los límites de velocidad impuestos para las carreteras; porque a veces el GPS (apodado Gipsy por los jóvenes soñadores de la banda) colapsa por cansancio y nos mete por senderos laberínticos; por las justas y necesarias paradas para alimentarnos, estirar las piernas y acudir al inodoro y 2. Que The Shadow mismo mismo no se lleva bien con los aparatos de nueva tecnología y que definitivamente jamás volverá a operar el GPS. Fue el culpable de que en el arranque de la gira hayamos perdido al menos dos horas porque, según sus instrucciones, debíamos adentrarnos en los pueblos más ocultos entre los Pirineos franceses, cuando en verdad debíamos tomar las autopistas de alta velocidad. Ahora, a eso de meterse por donde sea, así como a colgarse de los puentes y a no alimentarse lo necesario, The Shadow llama turismo extremo.



Además, es importante señalar que el desvío por el que nos llevó era tan alejado de la ruta que literalmente nos llevó a la… (les advierto, es sin ánimo de ofender a nadie ni de parecer vulgar, es, simplemente, cuestión de apegarse a los hechos)


El Objekt 5 es un bar legendario en esta zona de Alemania y, si se lo quiere ver más ampliamente, seguramente significará un hito a nivel nacional por su permanencia en la escena festiva muy a pesar de las complicaciones. Se inició en los 70, en medio de la Guerra Fría y cuando el muro de Berlín todavía estaba bien templado, como un bar underground y clandestino. Tres casas contiguas se juntaron en el proyecto, tumbaron paredes, juntaron jardines e ínfulas de libertad y fiesta y levantaron este bar que, hasta la caída del muro, permanecía en el anonimato ante las autoridades y los detractores de la libre diversión, solo funcionaba puertas adentro, tras de las cortinas, con la identidad secreta y la música como banda sonora de un régimen que se iba carcomiendo.


Por ahí han pasado varias leyendas del jazz mundial y muchos de los exponentes latinoamericanos contemporáneos más atractivos de lo que por aquí llaman rock mestizo o rock festivo. Hace tres semanas tocaron los argentinos caramelo Santo y estos días tocarán los uruguayos Abuela Coca. En el medio de ellos, nosotros, los primeros ecuatorianos que han pisado ese escenario y los que lo desbarataron con buena vibra, con rumba, entrega y una fusión particular que ellos han considerado casi única. No lo digo yo, lo aclaro, lo dice la reseña que aparece en su sitio web y que, traducida al español, dice más o menos esto:

Die außergewöhnlichste Band Ecuadors auf unserer Bühne! vom 05.08.2008 12:11 Uhr

Es ist das erste mal das eine ecuadorianische Band bei uns gastiert und das die dann "außergewöhnlich " ist, versteht sich fast von selbst.

Ein furioser Mix aus Cumbia und diversen anderen Tanzstilen, trifft auf Latino Rock. Kennen wir zwar schon ganz gut aus Spanien und Argentienien- aber so kraftvoll haben wir das selten erlebt.

La banda mas "fuera de serie" (tradujeron chimbo, como fuera de serie) del ecuador en nuestro escenario del 05. 08. 2008 12:11

Es la primera vez que nos ha visitado un grupo ecuatoriano, y que es "fuera de serie" esta fuera de toda duda.

Un mix salvaje entre cumbia y de otros ritmos bailables y rock latino. (Aunque esto ya lo conociamos de grupos espanioles y argentinos,) pero tal fuerza lo hemos vivido en muy pocas ocasiones.

Qué les parece?? buenisimo verdad???!!! felicitaciones otra vez...
si no se acuerdan quien soy, fui la pesada de los autografos (jje) o el llavero del aleman grande con la camiseta de caviedes.

Se les Quiere la Bola
Mónica

Halle/ Saale 2008

(la traducción es una gentileza de Mónica, una ecuatoriana residente en Halle, casada con un alemán que conoció en Quito, quien el día del concierto calzaba la alterna de El Nacional que en la espalda alta dejaba ver el nombre I. Kaviedes).

Matthias es el dueño del Objekt 5, el tipo parece haber pasado por mucho, por las dulces y las amargas en nombre de la libre diversión, ahora tiene el rostro sereno de quien se sabe ubicado en su espacio, y lleva en los ojos la marca de un espíritu calmado, generoso y cálido. En el local nos da dejan un camerino cómodo, como canapés fríos, cerveza y café. Para luego del concierto hubo comida caliente, más cerveza y al final un hotel confortable con su desayuno bufete. Nada menos de lo uno necesita y más de lo que se está acostumbrado. Mención especial tienen los amigos ecuatorianos, nuevos amigos desde ese momento, que llegaron de Praga manejando 3 horas para vernos y brindarnos una botella de Becherovka, una bebida popular de la República Checa, perfumada, calurosa, concentrada en hierbas que es, mágicamente, beneficiosa para los problemas intestinales, de los que ya empezamos a padecer algunos de nosotros. Luego del concierto los amigos se regresaron a Praga, manejaron de nuevo tres horas porque tenían que trabajar a la madrugada. Grandes personas.
Matthias nos da un abrazo enorme, se despide felicitándonos, deseándonos suerte para el resto de la gira, comprometiéndonos para regresar a su local el próximo año y ofreciéndonos ponernos en contacto con los agentes claves de Alemania. Porque nos lo merecemos, dijo.

Las datos:

- 24 horas de viaje.
- 1500 kilómetros de carretera.
- Alrededor de 150 personas en el Objekt 5, en pleno verano cuando los habitantes salen de vacaciones, lo cual es alentador.
- Ingresos importantes, buena venta de merchandising.
- Varios amigos nuevos que viven en la zona. Saludos y agradecimientos a Álvaro y al otro pana, el que estudia deporte de alto rendimiento.
- Nuevos conocimientos, aunque bastante mínimos todavía, sobre la vida en esa Alemania unificada que aún mantiene rezagos de la antigua división. Un Occidente agringado, costoso, tecnologizado al máximo; un Oriente más barato, con fuerte xenofobia y donde todavía hay gente que espera poder instalarse en el Occidente como si se tratara de un país, otro, más avanzado.